viernes, 19 de junio de 2015

La radio en España


El día 14 de noviembre de 1924  a las 18:30 en el Hotel Colón de Barcelona se produjo la primera emisión radiofónica desde Radio Barcelona EAJ1. La radio iniciaba su andadura y, con ella,  comenzaba la historia de la radio en España. María Sabater fue la primera voz que se pudo escuchar a través de los micrófonos de la emisora EAJ1 de Radio Barcelona. La pieza musical que abrió la programación fue Granada de Albéniz  interpretada por el Trío Turner.


Radio Barcelona EAJ1 emitía desde el Hotel Colón situado en la plaza de Cataluña. En una de sus cúpulas estaba el emisor y los estudios en las habitaciones. En la azotea se instaló una antena de 30 metros de altura para asegurar una buena recepción.


Muchos años más tarde, el 25 de mayo de 1952, coincidiendo con el Congreso Eucarístico Internacional, se instalaba Radio Nacional en el número 1 del Paseo de Gracia, en lo que había sido el Hotel Colón, y era en esos momentos el Banco Español de Crédito.


La emisión fue todo un éxito aunque aún eran muy pocos los aparatos receptores instalados. Esta primera emisión de radio despertó tanto interés en la radio que, solo en Barcelona, en un mes se calculaba que ya había más de 80.000 receptores. En aquella época había dos tipos de receptores: los de galena  y los de lámparas.


Radio Galena Fata. Año 1924.

La radio de galena funciona sin pilas ni corriente, aprovecha la energía electromagnética que obtiene de la estación emisora (por la antena) pero la radio de galena no puede tener amplificador y, por consiguiente, solo puede escucharse con auriculares. Las radios de galena eran mucho más económicas que las de lámparas y se construyeron y se utilizaron hasta la década de los años 30.


Radio de lámparas y altavoz  Amato.  Año 1924.

Las radios de lámparas precisaban alimentación de corriente o baterías y disponían de un altavoz exterior pero su uso resultaba un poco complejo, pues para sintonizarlo había que utilizar varios mandos.

Los orígenes de la emisora

A principios de 1924 un grupo de industriales y comerciantes barceloneses se reunían en el número 200 de la calle Valencia, sede de la revista Radiosola, para crear una entidad cultural que pusiera en marcha una emisora de radiodifusión en la capital catalana. Así, el 19 de febrero de 1924 se fundó la Asociación Nacional de Radiodifusión, inicialmente integrada por la Sociedad Anglo Española de Electricidad, la Sociedad Ibérica de Construcciones Eléctricas, J. Ganzer, Industrias Radio Eléctricas, J. López Aznar, Teléfonos Bell SA, Albiñá, Esteva-Marata, Rifà Anglada, Exclusivas Lot, Hellesens, Viuda y sobrinos de Prado, Louis Gaumont, P. Pujol, Pathé Explotación y Radiosola. La primera junta directiva tenía como presidente a José Guillén García, Royston Saint Noble como vicepresidente y Enrique Huete como tesorero. Se tramitó la solicitud para obtener una licencia de emisora, que se presentó a la Dirección General de Telégrafos, y Rifà se desplazó a Amberes para comprar la primera emisora de España, que era de la casa Teléfonos Bell.

Las emisiones en pruebas se iniciaron el 10 de octubre. El 12 de noviembre la ANR obtuvo la concesión de la primera licencia radiofónica en España, naciendo así Radio Barcelona EAJ -1. Dos días después, el 14 de noviembre, se inauguró oficialmente la emisora, con un discurso del alcalde de Barcelona, Darius Rumeu i Freix, barón de Viver.

Sin embargo, poco después la ANR empezaría a encontrar dificultades económicas para sacar adelante el proyecto de Radio Barcelona. La emisora se financiaba exclusivamente con las cuotas de sus 1.000 socios, una cantidad insuficiente. Sobre todo, a partir de junio de 1925, con la puesta en marcha de una segunda emisora en Barcelona, Radio Catalana, que a menudo interfería las emisiones de Radio Barcelona.

En 1925 la emisora se traslada al Hotel Florida, en el Tibidabo.


Antenas del Tibidabo con el Pabellón de Radio Barcelona en la base.

El Pabellón de Radio Barcelona, pequeña obra racionalista construida entre 1926 y 1929 por el arquitecto Nicolau Maria Rubió i Tudurí, constituye el primer ejemplo de racionalismo arquitectónico.


Ante la delicada situación económica provocada por las inversiones realizadas para estas nuevas instalaciones, el 10 de noviembre de 1926 la ANR firmó un acuerdo que cedía a Unión Radio la emisora y la concesión EAJ-1. Este acuerdo acabaría con la salida total de la ANR de Radio Barcelona, en 1929.

La transmisión de imágenes

La posibilidad de transmitir mapas, dibujos, manuscritos o fotografías por medio de ondas electromagnéticas se había considerado posible desde los comienzos de la telegrafía sin hilos. A finales de los años veinte del siglo pasado el desarrollo de la tecnología era tan avanzado en este aspecto que permitía incluso un uso no únicamente experimental sino ya abiertamente comercial de la transmisión de fotografías por radio. Algunas importantes emisoras radiofónicas europeas empezaron a emitir retratos fotográficos de artistas populares o de personajes públicos relevantes del momento, y pronto también mapas, cartas meteorológicas, acontecimientos noticiosos o vistas turísticas.

En 1928 la empresa japonesa NEC utiliza un equipo de telefotografía que había desarrollado para transmitir las imágenes de la coronación del emperador Hirohito desde Kyoto hasta Tokio, una hazaña que tuvo un gran impacto en la población japonesa.

Aunque de forma limitada, también en España estas prácticas resultaron factibles, especialmente en el caso de la emisora EAJ-1 Radio Barcelona, única estación donde los servicios telefotográficos, pese a su complejidad adquirieron cierta regularidad, así como variedad y uso social, al menos durante el breve periodo de casi dos años. Ciertamente toda una serie de inconvenientes insalvables (algunos
de orden inicialmente técnicos, como la poca selectividad y sensibilidad de los dispositivos emisores y receptores; estructurales, como el desinterés de organismos oficiales en un momento de conformación nacional de la radiodifusión, o de las mismas empresas radioeléctricas) limitaron de forma concluyente su desarrollo. A ello se sumará inexorablemente un muy limitado parque de receptores y un país cuyas convulsiones políticas y sociales encaminaban las políticas programáticas y el interés público por otros caminos.

Pero hasta su extinción, los servicios telefotográficos que se regularizaron en Barcelona en 1930 se sumaban a una corriente de servicios de esa índole que, de forma pionera, a veces con carácter esporádico y otras con regularidad suficiente, se extendían por algunas de las emisoras europeas más audaces técnicamente: Londres, París, Roma o Toulouse, que resultaría relevante por su cercanía a la emisora catalana, entre otras.

Sin embargo, y cronológicamente, las primeras emisiones de fotografías de las que tenemos constancia en España por parte de una emisora radiofónica se producen a finales del mes de enero de 1929 en Madrid.

En un principio, las emisiones telefotográficas de EAJ-1 se concretaron en las cartas meteorológicas. De forma pionera y meritoria, Unión Radio fue la segunda empresa radiofónica que estableció en Europa un servicio telefotográfico auxiliar de la meteorología. Desde la emisora de Barcelona se radiaba diariamente una carta meteorológica, entre las 20.25 y las 20.35. El aparato utilizado para esta «modalidad de programas» era el emisor más moderno hasta la fecha del francés Edouard Belin, perfeccionado por el propio laboratorio de la emisora, bajo la dirección de Joaquín Sánchez-Cordovés, junto al también ingeniero J. del Pozo. Para los potenciales receptores, las emisiones de fotografías se distinguían auditivamente por un silbido agudo, aflautado y metálico, a la manera de puntos y rayas (estilo Morse), con unas 50 señales rítmicas por minuto, cada una de cuales correspondía a una revolución del cilindro emisor. Al empezar, y en el intermedio de una y otra fotografía, el silbido se mantenía constante.


El servicio consistía por tanto en diez minutos de transmisión de imágenes elaboradas por el Servei Meteorològic de Catalunya, y cuya utilidad se dirigía a la recepción de esta carta como importante auxiliar de la navegación aérea y marítima, pero pronto también para propósitos agrícolas. La carta meteorológica comprendía la mayor parte de Europa (en concreto, Europa occidental y central) y en ella se señalaban mediante signos convencionales internacionalmente aceptados el estado del cielo, la dirección y la velocidad del viento, la presión atmosférica y otros datos climatológicos de muchas ciudades europeas. Por último, también se señalaban el estado del mar y las líneas isobaras. Se vio asimismo posible la transmisión de otras cartas, además de la meteorológica. Los ingenieros de la emisora catalana estudiaron otras aplicaciones del servicio, entre ellas las aplicaciones de seguridad pública ligadas a la identificación de personas por transmisión de huellas dactilares, de las que la emisora barcelonesa efectuó numerosas pruebas, o la transmisión de documentos autógrafos.

A pesar de no estar destinadas, en principio, al consumo privado doméstico, estas emisiones fueron seguidas por numerosos aficionados, que demandaron pronto nuevos servicios. Para estos se habían
ido adquiriendo o construyendo aparatos receptores de imágenes, y desde Barcelona a menudo era fácil la recepción de las emisiones de otras estaciones europeas, en especial las que provenían de Radio Tolouse. Por añadidura, buena parte de estos aficionados estaban suscritos a la emisora, por lo que tenían derecho, entre otros servicios, a consultas gratuitas al Laboratorio de la estación, que les aclaraban los muchos interrogantes de orden técnico sobre la construcción y el manejo de estos receptores de imágenes. No es de extrañar, por tanto, que el parque de aparatos receptores de fotografías fuera relativamente numeroso en la ciudad condal, aunque como se ha señalado imposible de cuantificar: no se efectuó ningún tipo de censo ni parecen existir otros datos cuantitativos.

El horario no tardó en sufrir modificación y ampliación, ante las insistentes solicitudes de los aficionados de recibir fotografías: de los pocos minutos iniciales de transmisiones se pasó a dos horas, de 15.00 a 17.00, de transmisión de imágenes. Se demandaba ya algo más que cartas meteorológicas: se radiaban cada día dos o más fotografías de actualidad barcelonesas y eventualmente otras del país y extranjeras, en un número que parece ir incrementándose en los dos años siguientes.

Las transmisiones se mantuvieron en la ciudad condal, con un interés creciente, durante más de dos años, hasta mayo de 1932. En esa fecha se decidió ampliarlas de nuevo, contando ahora con otras instituciones: la utilidad del servicio llegó a otros organismos oficiales como el propio Ayuntamiento de Barcelona. De esta forma, a mediados del citado mes de mayo de 1932 el entonces alcalde de Barcelona, el señor Aguadé, inauguró un nuevo servicio de la emisora: se trataba, básicamente, de promover el turismo nacional y sobre todo francés hacia Cataluña. En otras palabras, su finalidad era dar a conocer a los radioyentes atractivos turísticos de Barcelona y Cataluña por medio de la transmisión telefotográfica de sus principales monumentos, de valor histórico o artístico. Las imágenes, a modo de postales turísticas, incluían una leyenda descriptiva en francés que atrajera a los radioaficionados y turistas en general del país vecino. Entre estos, especialmente los que recibían las emisiones de Radio Toulouse, y los de Radio Barcelona se fue estableciendo un intercambio de imágenes que un público escaso pero ávido de imágenes, consolidó e incrementó.

Buena prueba de lo fructífero (aunque siempre muy limitado a un público muy especializado) de este intercambio icónico es la organización mas profesionalizada de las horas de emisión, dividiéndose los horarios. El nuevo servicio se ofreció al parecer los lunes y jueves, de 16.15 a 16.30, con la intención de permitir que los radioyentes españoles hubiesen recogido las emisiones telefotográficas que Radio Toulouse emitía inmediatamente antes, de 16.00 a 16.1514. Y viceversa, esto es, que los receptores franceses pudieran a continuación recibir las imágenes de Radio Barcelona. En total, media hora de atractivas imágenes que completaban la radiodifusión sonora.

Instituciones oficiales como el Ayuntamiento de Barcelona y también el Gobierno Civil toman parte y apoyan el proyecto, pero no sabemos si económicamente o sólo como declaración de intenciones, dejando al margen, claro está, el servicio meteorológico de la Generalitat. Como mínimo, gran parte de las «postales» eran surtidas por el propio Ayuntamiento. Al margen de éste, otras asociaciones como la Asociación de ingenieros o la Asociación de la prensa, apoyaron también el proyecto.

Unión Radio fue por tanto la única empresa capaz, en la España de inicios de los treinta, de establecer y aumentar el servicio, aunque la inexistencia de un servicio nacional de radiodifusión contribuyera especialmente a que se mantuviera muy localizado. El director de la emisora barcelonesa se felicitaba por el funcionamiento del sistema telefotográfico en 1932, cuando ya los nuevos servicios se habían puesto en marcha, «a pesar de los medios reducidísimos con que la radiodifusión cuenta en España, viene hace seis años esforzándose para que nuestro país siga de cerca el proceso en esta rama de la técnica moderna».

A partir del 14 de abril de 1931 con la proclamación por parte de Companys de la República desde el balcón del Ayuntamiento de Barcelona, y de Francesc Macià desde el balcón del edificio de la Diputación, la emisora va a expresar en las ondas y en su revista órgano de expresión, su adhesión completa al nuevo gobierno. De esta forma, en esos años convulsos, Radio Barcelona al igual que otras emisoras dedicarán mucho más tiempo a los espacios políticos y a la propaganda política, acorde con su republicanismo; una programación en la que tendrán menos cabida los servicios especializados y siempre minoritarios como la telefotografía. Si durante la Dictadura la radiodifusión era un servicio puesto en marcha y desarrollado por la iniciativa privada, los primeros años de la naciente República se caracterizarán en este caso por un mayor intervencionismo legislativo en la radiodifusión.

Los servicios telefotográficos de EAJ-1 Radio Barcelona empiezan a languidecer y se extinguen en una fecha indeterminada a lo largo del año 1932. La transmisión de imágenes mediante ondas radiofónicas queda entonces en España, en manos de técnicos, de aficionados y de autodidactas, pero ajena a cualquier interés institucional.

Noticia de la inauguración en los diarios

RADIO-NOTICIAS (La Vanguardia 15 - 11 - 1924) Inauguración de las emisiones «Radio-Barcelona» Conforme se anunció, ayer tarde se inauguró la estación de radiotelefonía instalada en el edificio del gran Hotel Colón, y propiedad de la «Asociación Nacional de Radiodifusión». Recibieron a los invitados el presidente de la entidad señor Guillén García, junto con los individuos del comité señores Noble, Rifa, Solé, Díaz y Sola.

Una vez reunidas las autoridades, se trasladaron al piso superior del hotel, en donde están instaladas las distintas dependencias de la Asociación Nacional de Radiodifusión. Se componen éstas de la sala de espera para los artistas, sala de audiciones o auditorium, sala de máquinas y almacén. El presidente de la entidad explicó detalladamente a los invitados la conexión que existe en cada dependencia con relación a la emisión, así como las numerosas, complicadas y curiosísimas instalaciones eléctricas para manejar, avisar y controlar las emisiones.

El proyecto y ejecución de- la instalación se debe a los ingenieros señores Noble, Rossich y Guillen-García. Los aparatos son de la «Internacional Western Electric Company» y el montaje de la emisora se ha efectuado bajo la dirección del señor Villaverde, ingeniero de la casa Bell, con el concurso del técnico operador señor Riu.

El estudio o auditorium en donde se ejecutan los conciertos es curiosísimo. Dos personas que se hablen de un extremo a otro, de espaldas, no se entienden, lo que prueba que no existe ninguna resonancia o eco en dicha sala. El local está por todas partes recubierto de una capa de cuatro dedos de virutas finas sostenidas por una arpillera. Recubren todo este conjunto unas artísticas cortinas que le dan un aspecto muy simpático y propio para el obje-to a que se le destina. En esta sala existe un piano de media cola y un pedestal graduable sobre el que descansan dos finísimos micrófonos para recoger las vibraciones musicales. La alfombra que cubre este auditorium está dividida en pequeños cuadros numerados para facilitar la colocación de los artistas.

Junto al auditorium está el cuarto del anunciador, desde donde éste se dirige al público, maneja los micrófonos y cambia la posición de los artistas según le va indicando un pequeño receptor que constantemente escucha para saber la calidad de la emisión.

Bajo la cúpula se halla la sala de máquinas, que es en donde se halla la emisora, propiamente dicha.La longitud oficial de onda a que trabaja la emisora es de 325 metros según indica la concesión del Estado. Esta estación, no obstante su gran alcance dada su pequeña potencia, es provisional mientras no se coloque otra de un modelo recientísimo y de una potencia 15 veces superior. Existen en esta sala de máquinas la mesa de amplificadores, aparatos de medida y control, al frente de la cual está el técnico señor Riú, que fue operador de la estación de la Western en La Habana.

Los invitados quedaron sumamente maravillados del funcionamiento de esta estación de broadcasting, y al terminar el presidente de la entidad sus explicaciones, mostró a los presentes una carta recibida en aquel instante de París, dando cuenta de haberse recibido una de las noches anteriores las emisiones Radio-Barcelona con antena interior y con intensidad suficiente, carta que corrobora la que varios aficionados parisinos han remitido citando varios casos idénticos de recepción.

Para retrasmitir obras teatrales se ha tendido una línea microfónica propia que recorre todo el casco de Barcelona, cuyo proyecto se debe al ingeniero jefe de líneas del Centro Urbano, señor Sigüenza. Esta línea, cuyo coste será muy crecido, podrá, dada su especial construcción, servir asimismo para ponerse en comunicación telefónica directa entre la sala de máquinas y los distintos teatros.

Entre los invitados a la inauguración de la estación Radio-Barcelona», figuraban el capitán general, señor Barrera, con sus ayudantes señores Reyna y Fernández; gobernador civil, señor Milans del Bosch; alcalde, señor barón de Viver; jefe superior de policía, señor Hernández Malulos; coronel de seguridad, señor Moreno Carvajal; concejales señores Ballará, Balcells y Navarro; señor Guillen García, ingeniero director de la radio; Rdo. doctor Casadesús, director de la Escuela de Estudios Comerciales; señor Rivera, ingeniero en representación del jefe de Obras Públicas señor Pujol y Thomas; señor Rosich, ingeniero industrial; señor Noble, de la Junta de Radio; señor Llobet, diputado provincial; señor Utrillo, jefe del ceremonial de la Diputación; canónigo doctor Faura, en representación del Obispo; señor Orti, en representación del comandante de Marina; señor Martínez de Albacete, representando al jefe de Telégrafos, otros varios señores cuyos nombres sentimos no recordar y representantes de los diarios locales y corresponsales. —

A continuación se pueden ver los anuncios comerciales que acompañan a esta noticia.


ABC (15 - 11 - 1924) Se inaugura una estación radiotelefónica.

Barcelona 14. Se ha inaugurado esta tarde la estación de radiotelefonía instalada en el edificio del hotel Colón. Asistieron las autoridades, a quienes recibieron los individuos del Comité y numerosos invitados.

El alcalde de Barcelona dirigió la palabra a los radioescuchas, saludando,"en nombre de la ciudad, en primer lugar, a S. M, el Rey, dedicando después un recuerdo al Ejército español que lucha en Africa y haciendo votos por que reine la mayor confraternidad entre todas las regiones españolas.

En la terraza del hotel Colón se habían instalado potentes altavoces, que reproducían las palabras del barón de Viver para el público numerosísimo que allí había estacionado.

Terminado el breve discurso del alcalde, las autoridades e invitados recorrieron las instalaciones y fueron después obsequiados con un “lunch”.

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