lunes, 27 de abril de 2015

Continua la cacería contra el AVE


España tiene la red de AVE más extensa de Europa. Según datos del International Union of Railways, son 2.515 kilómetros y otros 1.308 están en construcción. En los planes de Adif, el gestor de la infraestructura, restan 1.702 kilómetros por hacer, básicamente centrados en el corredor del Mediterráneo (Tarragona, Valencia, Alicante y Murcia), la llamada Y vasca (Victoria-Bilbao-San Sebastián-Irún con la frontera francesa), el corredor norte (Valladolid-Burgos-Vitoria) y León-Gijón, además del corredor noroeste de Zamora a Ourense y el AVE a Badajoz.

El coste hasta ahora ha sido de 45.120 millones de euros, a los que hay que añadir otros 13.082 millones que, según el Plan de Infraestructuras 2012-2024, se necesitan para completar la red.

En estos tiempos confusos se utilizan estos datos para argumentar lo equivocado que fue el planteamiento de una amplia red de alta velocidad.


Gaspar Melchor de Jovellanos fue un personaje ilustrado que vivió a caballo de los siglos XVIII y XIX. Entre sus obras destaca el Informe sobre la ley agraria, que escribió en una primera versión en 1784 pero que no envió hasta 1787 a la Sociedad Económica Matritense, que la remitió al Consejo de Castilla y que se publicó en 1795. En ella Jovellanos se muestra partidario de eliminar los obstáculos a la libre iniciativa, que dividía en tres clases: políticos, morales y físicos. Entre ellos estaban los baldíos, la Mesta, la fiscalidad, la falta de conocimientos útiles de los propietarios y labradores, las malas comunicaciones y la falta de regadíos, canales y puertos. Cabe destacar que en aquellos tiempos no existían muchos caminos que permitieran el paso de carros.

En el siglo XIX se desarrolló la red de ferrocarril, pero las comunicaciones en un país tan accidentado como el nuestro continuaron siendo muy deficientes, lo que ayudó a mantener en desventaja frente a otras naciones nuestra producción agrícola, minera e industrial.

En los siglos XIX y XX fueron varios los momentos en los que se planificaron nuevas extensiones de la red de carreteras, continuando hasta la actualidad.

Las infraestructuras de comunicaciones han pasado a ser el chivo expiatorio, ahora en boca de todos. Algunos de ellos han estado siempre en contra de todo tipo de infraestructura, porque atenta contra el medio ambiente, enriquece a los empresarios, se utilizan por los ejecutivos, somos un país pobre que no podemos pagar semejante coste, etc.

Que mezquinos estos políticos que construyen carreteras, ferrocarriles transvases, lineas de alta tensión, centrales nucleares, agrediendo a la madre tierra, me atrevería a decir, ofendiendo a Dios.

Se puede hacer mejor cosa con el dinero. En 2013 el fondo de rescate de la UE (MEDE) mantenía su vigilancia sobre España para que devolviera la totalidad de los 41.300 millones de euros del rescate bancario. Pero ¿cuántas ayudas había recibido la banca española?

Finalmente fueron 41.000 millones utilizados de los 100.000 millones que se puso sobre la mesa, pero las ayudas a la banca española ascendieron hasta los 61.366 millones de euros según el Banco de España.

Las cantidades se repartieron de forma desigual entre unas y otras entidades. Bankia, a través de su matriz Banco Financiero y de Ahorros (BFA), recibio un total de 22.424 millones de euros en ayudas desde las preferentes hasta la inyección de casi 18.000 millones. Esta es la cifra más conocida, pero ¿cuánto han supuesto el resto?


Catalunya Banc, controlada en un 66% por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) y en un 32% por el Fondo de Garantía de Depósitos (FGDEC), tenía el honor de hacerse con la medalla de plata de las ayudas con poco más de 12.000 millones de euros.

NCG Banco, el resultado de la fusión de Caixa Galicia y Caixanova, era la tercera entidad con más ayudas: casi 9.000 millones de euros. El FROB controlaba la entidad con el 63% del capital, mientras que el FGDEC tenía el 26%.

Espero que los diferentes agentes sociales se apliquen en una campaña similar a la que ahora nos lleva a cuestionar la pertinencia de la red AVE, a cuestionar el funcionamiento del conjunto de las entidades bancarias que está en el origen de todos nuestros problemas financieros.

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