viernes, 5 de febrero de 2010

Cementerios nucleares

Los diez reactores con los que ha contado la industria nuclear española generarán, al término de su vida operativa estimada en 40 años (excepto en el caso de Vandellós 1 y José Cabrera, ya inoperativas), cerca de 20.000 elementos de combustible gastado, es decir, 6.700 toneladas de uranio, plutonio y otros productos generados a raíz de la fisión de átomos que tiene lugar en esos reactores y que transforma el combustible inicial en material irradiado de alta actividad.

Las piscinas de las centrales nucleares de Cofrentes (Valencia) y Ascó I tienen prevista su saturación en 2013, mientras que la de Ascó II verá saturada su piscina en 2014, Almaraz I (Cáceres) en 2020, Vandellós II en 2021 y Almaraz II en 2022.

En las últimas semanas varios municipios españoles han presentado su candidatura para albergar el Almacen Temporal Centralizado, que ha de construir la empresa ENRESA para tratar el combustible nuclear gastado en las centrales nucleares españolas. Entre estos municipios se encuentran Albalá (Cáceres), Ascó (Tarragona), Congosto de Valdavia (Palencia), Melgar de Arriba (Valladolid), Santervás de Campos (Valladolid), Santiuste de San Juan Bautista (Segovia), Torrubia de Soria (Soria), Villar de Cañas (Cuenca), Villar del Pozo (Ciudad Real), Yebra (Guadalajara) y Zarra (Valencia). El alojamiento del ATC supondrá unos ingresos de entre 6 y 10 millones de euros anuales para el municipio que resulte elegido, a partir del momento en que se inicie el almacenamiento, y una inversión inicial de unos 700 millones de euros.

El proceso continuará con la evaluación, por parte de una comisión interministerial que se reunirá de forma inminente, de la documentación presentada por los municipios candidatos y la confirmación de los admitidos y los excluidos, que tienen un plazo extra de 10 días para presentar alegaciones. Una vez resueltos sus recursos, se inicia el auténtico trámite de evaluación, se analizarán las condiciones de cada candidatura en función de los criterios previamente establecidos, que son los que se muestran a continuación.

Quedarán excluidas las localizaciones con riesgo potencial de terremotos o vulcanismo, sucesos meteorológicos extremos (tomados, huracanes...), grandes inundaciones (por lluvia o rotura de presas), inestabilidad geotécnica (deslizamiento de terrenos, taludes...) o accidentes humanos (proximidad a aeropuertos, áreas de industrias peligrosas, etc.).

Tampoco podrán albergarlo las zonas con protección natural, cercanas a espacios de hábitats especiales, las zonas protegidas de Defensa, montes públicos, vías pecuarias ni áreas de interés patrimonial (histórico o arqueológico).

El emplazamiento no estará cerca de zonas de interés estratégico en explotación actual o futura y tiene que ser accesible por vía terrestre, algo que cumplen todos los candidatos.

Esquema del futuro Almacén Temporal Centralizado.

El Almacén Temporal Centralizado es una instalación diseñada para guardar en un único lugar el combustible gastado de las centrales nucleares y los residuos de alta actividad que se producen en España (En total se han de almacenar 12.816 m3).

Hasta ahora permanecen en las piscinas de las centrales, pero por razones estratégicas y económicas, se ha optado por una solución integral que aporta las siguientes ventajas:

.- Optimiza los recursos, tanto humanos como económicos, destinados a la seguridad física y radiológica del combustible gastado al centralizarse éste en un único lugar.
.- Soluciona la necesidad de gestión del combustible gastado que ya existe en España desde la puesta en marcha de la primera central nuclear en 1968.
.- La solución de la gestión centralizada de los residuos es significativamente menos costosa que la construcción de un almacén para cada central.

En la construcción del ATC se crearán unos 300 empleos, y su funcionamiento garantizará más de un centenar de puestos de trabajo estables durante 60 años.


Contenedor de barras de combustible.

El ATC es una instalación en superficie para el almacenamiento en seco, por un periodo de sesenta años, del combustible gastado y los residuos vitrificados de alta actividad mediante el sistema de bóvedas y naves de hormigón. En esta instalación se centralizarían los procesos de gestión de estos materiales para su tratamiento, almacenamiento controlado, reprocesamiento y reducción.

El almacén temporal centralizado se situará en una nave industrial, de aproximadamente 283 metros de largo, 78 metros de ancho y 26 metros de alto. El espesor de los muros es de 1,5 metros y los conductos de aire de los edificios de almacenamiento alcanzarán una altura de 45 metros sobre el nivel del suelo.

La instalación incluye los siguientes edificios:

El área o edificio de recepción (1) es una estructura metálica en la que se reciben los camiones o vagones de tren que transportan los residuos a la instalación. Los residuos radiactivos llegan a la instalación en contenedores homologados para el transporte. Estos contenedores de acero llevan adosados en sus extremos unos atenuadores de impactos. A su llegada se descarga el contenedor de su vehículo de transporte y se introduce en el área de recepción, se pone en posición vertical, mediante un puente grúa, y se traslada mediante un carro de transferencia a la zona dedicada a realizar los procesos de acondicionamiento.

El edificio de procesos (2) es una estructura con paredes de hormigón armado, en la que se llevan a cabo distintos procesos mecánicos en dos líneas independientes por un lado para el combustible y por otro para el resto de los residuos. A los contenedores se les retira la tapa exterior y se comprueba su contenido. En la fase siguiente se retira la segunda tapa del contenedor para poder descargar después el combustible gastado. A continuación comienza, en una zona de almacenamiento en tránsito, el encapsulamiento del combustible en cápsulas de acero inoxidable, sobre las que se suelda una tapa una vez rellenas, que para finalizar son transferidas a los tubos de almacenamiento donde permanecerán hasta que se quieran recuperar.

El edificio de servicios y sistemas auxiliares es una estructura de hormigón prolongación del edificio anterior que aloja instalaciones auxiliares dedicadas a funciones como los accesos de personal, los equipos de ventilación y suministro de alimentación eléctrica, entre otros.

Los módulos de almacenamiento (6) constan cada uno de dos bóvedas de hormigón armado de gran espesor con entradas y salidas de aire independientes sobre las que se extiende el área de manipulación correspondiente. En total se crearán 4 módulos de almacenamiento, con una capacidad para 120 tubos cada uno. A cada uno de estos módulos le corresponde una chimenea de ventilación. Cada uno de estos tubos de acero inoxidable contiene un buen número de cápsulas de acero inoxidable, dentro de las cuales se situan las barras de combustible gastado. Los muros de hormigón de los módulos son de metro y medio de espesor, para impedir la salida de las radiaciones.

Cuando el almacen esté en marcha, el aire exterior circulará de forma natural por entre los tubos de almacenamiento, extrayendo el calor producido por las barras de combustible gastadas, manteniendo su temperatura por debajo de 400 ºC. Con el tiempo esta producción de calor va disminuyendo.

La nave de almacenamiento de residuos de media actividad es un bloque paralelepípedo en el que los bultos no aceptables en El Cabril son almacenados de acuerdo con sus características.

Una característica básica de la instalación es la de su reversibilidad, es decir, el combustible gastado y los residuos radiactivos podrán ser recuperados para su tratamiento o transporte a otro lugar.

La instalación gestionará 7.000 toneladas de combustible gastado de las nueve centrales nucleares españolas, residuos de actividades procedentes del reprocesado de combustible y unos 1.900 m3 de residuos de desmantelamiento de instalaciones nucleares, que por sus características no pueden gestionarse en el Almacén Centralizado de El Cabril. Los residuos radiactivos permanecerán en los tubos de almacenamiento un máximo de 60 años (Esta es la vida prevista del almacén, aunque se diseñará para que dure 100 años), de donde saldrán, si no son reprocesados, para un almacenamiento definitivo en otro emplazamiento. Todo el proceso estará automatizado.

En total la capacidad del ATC es de 12.800 m3, de los cuales unos 10.000 m3 serán de combustibles gastados, el resto estará formado por residuos de media y alta actividad procedentes del desmantelamiento de las centrales nucleares. En porcentajes, el 79% de los residuos almacenados serán barras de combustible gastado, el 20% residuos de media y alta actividad (Chatarra diversa) y el 1% residuos vitrificados.

La construcción de este almacen de residuos nucleares es una necesidad ya que los residuos de alta actividad de la central nuclear de Vandellós I, que en su día se enviaron a Francia, deben comenzar a retornar a España antes del 31 de diciembre de 2010, según estipula el contrato firmado. El coste, si no pueden volver los residuos de Vandellós I por no disponer de un almacén adecuado, puede ascender a 60.000 € diarios. Por otra parte, los materiales procedentes del reprocesado del combustible gastado de la central nuclear de Santa María de Garoña, que se encuentran almacenados en el Reino Unido, también tienen que volver a nuestro país.

Piscina de almacenamiento de barras de combustible gastado, en una central nuclear española.

En España, todos los residuos radiactivos de media y baja actividad se almacenan en El Cabril, una antigua mina de uranio abandonada ubicada en pleno corazón de la sierra cordobesa de Albarrana, en el término municipal de Hornachuelos, propiedad de Enresa (Empresa Nacional de Residuos Radiactivos). El uso de estos terrenos le supone al municipio unos ingresos de unos dos millones de euros al año.

Los residuos se almacenan en superficie y no en profundos silos bajo tierra, en un modelo de instalación importado de Francia.

Sala de control de El Cabril.

Las centrales nucleares, así como los hospitales, las universidades y los laboratorios suman unas 600 instalaciones radiactivas y generan del orden de unos 3.000 bidones al año (más de 1.000 metros cúbicos) de material contaminado radiactivo, que son enviados a El Cabril, para ser almacenados en una especie de celdas de hormigón, fabricadas a prueba de terremotos, esperando que las radiaciones se vayan atenuando con el paso del tiempo.

Actualmente, El Cabril, está a la mitad de su capacidad. De mantenerse el presente ritmo de almacenamiento (un camión al día, 240 días al año), en torno al año 2030 habrá agotado su capacidad.

Llenado de una celda de almacenamiento de El Cabril.

Una vez que los residuos radiactivos llegan a El Cabril, pasan por una sala de verificación para comprobar, entre otras cosas, si la radiactividad que contienen es la misma que dice el remitente. Posteriormente serán separados y clasificados de acuerdo a su nivel de radiación.

El proceso de traslado y almacenamiento de los residuos se realizada desde una sala de operaciones de forma mecanizada. Por medio de una grúa mecánica, los bidones nucleares, se introducen en un contenedor de hormigón armado, de 24 toneladas de peso. La maniobra se realiza mediante control remoto y a una distancia de 50 m del lugar en el que se encuentra el operario. A continuación el contenedor de hormigón es trasladado mediante una gigantesca grúa, se introduce en una de las 28 celdas destinadas al almacenamiento definitivo de residuos. La maniobra se realiza a una distancia de 800 m de la sala de operaciones.

Almacen de clasificación de residuos de El Cabril.

Pero, ¿qué ocurrirá cuando El Cabril no pueda admitir más volumen de residuos radiactivos?. Llegado ese momento, El Cabril será cubierto totalmente con tierra, sobre la que luego se plantarán árboles y matorrales autóctonos, de manera que el paisaje no se verá afectado. Toda la masa de hormigón, diseñada a prueba de terremotos de alta intensidad (grado 8 en la escala Richter), quedará sepultada bajo tierra durante los 300 años, que los expertos estiman necesario para que los residuos radiactivos de media y baja actividad dejen de emitir radiaciones.










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