lunes, 28 de enero de 2008

Anuncio de aceite lubricante Mobiloil

En el Nº 119 de la revista francesa “La Science et la Vie“, correspondiente a mayo de 1927 se publicó este anuncio de los lubricantes para motores de combustión interna “Mobiloil“.

En él se relata que el Comandante Dagnaux acaba de hacer un viaje, a bordo de un Breguet 19, equipado con un motor Renault de 500 CV de serie, desde París hasta Madagascar y utilizando aceite lubricante Mobiloil.

Al parecer, también se utilizó este lubricante en la Primera Travesía del Sáhara en autoorugas, en la Vuelta al Mundo de los aviadores americanos, en la travesía de Byrd por encima del Polo Norte y en el viaje Bruselas - Congo del Lugarteniente Thieffry.

En una parte del anuncio se puede ver un supuesto telegrama enviado por el piloto a la compañía fabricante del aceite lubricante.

Hasta aquí llega el contenido del anuncio. A continuación se puede ver una fotografía de un motor Renault V-12 conservado en un museo norteamericano.

Motor Renault V-12.

En 1926 los aviadores españoles, Cipriano Rodríguez y Carlos Haya, ya conocidos por sus récords de velocidad, volaron con un Breguet XIX Gran Raid desde Sevilla hasta Bata en una ruta de una longitud total de 4.312 Km. El viaje contaba con obstáculos naturales adicionales, como la cordillera del Atlas y el desierto, lugar que tendrían que sobrevolar llevando una navegación a la estima por estar el cielo cubierto.

El 9 de junio de 1932 despegaron de Getafe rumbo a Sevilla, el piloto Collar y el navegante Barberán, para realizar el viaje Madrid - La Habana. El avión fue un Breguet XIX SuperBidón con un motor Hispano de 650 CV especialmente preparados para la ocasión. El avión tenía una envergadura de 18,3 m, una longitud de 10,7 m y el peso con la carga máxima era de 6.320 kg.

Avión Breguet XIX.

Los instrumentos de vuelo con los que contaba el avión eran, entre otros: indicadores del motor, cuenta revoluciones, temperatura, brújulas vertical y horizontal, anemómetro, horizonte artificial, variómetro, altímetro y reloj. Asimismo, el navegante disponía de equipo para la navegación astronómica y un duplicado simplificado de los mandos de vuelo.

Tras un vuelo de 39 horas y 55 minutos aterrizaron en Camagüey y no siguieron hacia La Habana como estaba previsto debido al mal tiempo y a la escasez de combustible.

Autooruga Citroën conservado en un museo.

Fotografía de los autoorugas Citroën que cruzaron el Sáhara en 1924.

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