jueves, 22 de noviembre de 2007

El sincrotrón ALBA de Cerdanyola del Vallès

El 27 de julio de 2006 el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, inauguraba las obras del sin­crotrón Alba, situado en el pueblo barcelonés de Cerdanyola del vallès.

En Europa existen actualmente 23 sincrotrones, pero ninguno se encuentra por debajo de la línea que une París (Francia) y Trieste (Italia). Esto cambiará a partir de 2009, con la inauguración de Alba, un sincrotrón de tercera generación y que cuenta con una inversión inicial de 200 millones de euros.

El sincrotrón es un equipamiento científico y tecnológico que no produce radioactividad y en donde la radiación está confinada. Según manifiesta el jefe de la división de ingeniería del Consorcio CELLS, Lluís Miralles, con tres viajes anuales en avión a Madrid ó cuando nos hacemos unas radiografías, recibimos más radiación que la que puede generar un sincrotrón. De hecho, las personas que trabajen en el sincrotrón no estarán sometidas a radiación alguna, ya que lo harán detras de las debidas protecciones de hormigón y plomo.

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La instalación consta de un edificio principal de hormigón y vidrio en forma de caracol de 140 metros de diámetro, y dos plantas subterráneas donde se ubican los talleres y los centros de producción de energía. En total la superficie ocupada se aproxima a los 23.000 metros cuadrados.

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Para entender como funciona un sincrotrón hace falta tener en cuenta algunos principios físicos. Para poder ver cualquier objeto se necesita luz y cada tipo de luz tiene una longitud de onda diferente. Para observar partículas pequeñas hace falta luz de longitud de onda inferior a la medida del objeto a estudiar. La longitud de onda pequeña es una de las características que tiene la luz sincrotrón.

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La luz sincrotrón se genera a partir de un inyector de electrones que dispara y acelera los electrones hasta velocidades cercanas a la velocidad de la luz (un electrón dentro del anillo del sincrotrón Alba dará alrededor de un millón de vueltas por segundo) y los deja dando vueltas dentro de las cámaras de vacío del anillo de almacenamiento. Gracias a las cavidades de radiofrecuencia los electrones no pierden energía y la luz que emiten tiene la misma intensidad durante varias horas.

Un sistema de campos magnéticos hace que los electrones describan una trayectoria circular que es la que produce la luz sincrotrón. En una instalación como ésta se utilizan imanes de todo tipo: dipolares, cuatripolares, hexapolares, pulsados y electroimanes convencio­nales que fuerzan a los electrones a seguir la trayectoria adecuada. Las lineas de investigación, situadas tangencialmente respec­to al anillo de almacenamiento, aprovechan la luz para poder analizar las muestras de materiales. Antes de entrar en la linea de investigación, la luz sincrotrón se trata con una serie de espejos. Los resultados de la observación se analizan mediante ordenadores, aplicando diversos conocimientos de física, matemáticas y biología, entre muchas otras ciencias, para poderlos interpretar.

El inyector de electrones ALBA es un acelerador lineal de 100 MeV. Dispone de un cañón de electrones termoiónico de corriente continua y un conjunto de dos acopladores de ondas.

En una primera fase, este sincrotrón tendrá siete lineas de investigación que entrarán en funcionamiento en el 2010. En su momento el sincrotrón Alba podrá incluir una treintena de lineas de investigación que cubrirán múltiples campos: física, química, ciencia de materiales, ingeniería de superficies, ciencias de la vida, medicina, litografía y microfabricación e industrias farmacéuticas. Para desarrollar estas nuevas lineas de investigación se necesitarán otros 100 millones de euros, que se espera que sean aportados por la iniciativa privada.

Interferómetro de rayos X.

Antes de montar la maquinaria se han de sellar los espacios en donde se ha de colocar y limpiarlos con cuidado. Es muy importante que dentro de la maquinaria del sincrotrón no haya ninguna partícula de polvo.

Prueba de una cavidad de radiofrecuencia.

El labo­ratorio de luz sincrotrón Alba tendrá di­versos espacios técnicos, entre los que cabe citar, el edificio principal, con los aceleradores de partículas para producir la luz sincrotrón y las lineas de trabajo, el edificio administrativo anexo (que contendrá oficinas y un auditorio) y el edificio que queda enterrado y que garantizará los suministros energéticos necesarios para el óptimo funcionamiento del laboratorio. Además, el edificio está incluido dentro del programa europeo Policity de eficiencia medioambiental.

El consorcio CELLS tiene sus oficinas en la UAB. También dispone de unos talleres en la Facultad de Física de la UAB, en donde se prueba la maquinaria y se diseñan nuevos prototipos.

La inversión del sincrotrón es de 201 mi­llones de euros financiados al 50% entre la Generalitat de Catalunya y el Ministerio de Educación y Ciencia, pero según Lluís Miralles, jefe de la división de servicios de ingeniería, el rendimiento de la inversión de una instalación de este tipo es muy alto y funciona como catalizador de muchas otras iniciativas científicas e industriales. Se estima que anualmente podrán pasar por las instalaciones unos mil investigadores y que llegará a generar 406 puestos de trabajo. La estancia media de un investigador en este tipo de instalaciones es de una semana. Además, durante los primeros 25 años de explotación de las instalaciones se generará un volumen de producción bruta de de 642 millones de euros.

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